Adventistas en Honduras

RESEÑA HISTÓRICA
Por el Pr. Adán Ramos Lagos

¿CÓMO COMENZÓ LA OBRA EN HONDURAS?

La Mensajera del Señor nos recuerda  que “No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada”. NB 216 (1902)

Elizabeth siendo la hija mayor del gobernador Elwin, residentes en Guanaja, Islas de la Bahía, Honduras. Fue enviada por su padre a estudiar a Belice, con el propósito que al regresar a casa fuera la maestra de sus otros hermanos. Pero Elizabeth tenía otros planes y a su regreso se enamoró del Capitán Carlos Willats, con quien se casaría más tarde.

Después de una breve luna de miel, su esposo regresó a su antiguo oficio como lobo del mar. A los Willats les nacieron 3 hijos: “Alicia, Uwin y Carlos”. Como el oficio del señor Willats lo mantenían fuera de casa, Elizabeth se veía con la dificultad de criar sola a sus hijos.

Un día Carlitos se enfermó gravemente, Elizabeth lo cuidó toda la noche sin embargo, murió al amanecer. Su padre se encontraba en alguna parte entre Inglaterra e Islas de la Bahía. Pero, al amanecer de ese mismo día, Elizabeth pudo divisar que un barco se acerca a la Isla, era el barco de su esposo. Pero algo había pasado, ya que el barco traía la bandera a media asta, alguien había fallecido. Elizabeth recibió la noticia que el fallecido era su esposo. Al día siguiente, padre e hijo fueron enterrados juntos. Tiempo después el carpintero francés Tomás Gauterau, se enamoró de Elizabeth y le propuso matrimonio. De esa manera Elizabeth Elwin de Willats se convirtió en Elizabeth Elwin de Gauterau. Después de su boda, los Gauterau se mudaron a Nueva York y más tarde se establecieron en San Francisco, California.

Esposos GauterauUna vecina de los Gauterau, la señora Able, invitó a Elizabeth a un Campestre Adventista. Allí aceptó a Cristo y se hizo Adventista del Séptimo Día. En 1887 Elizabeth ansiosa de compartir su nueva fe, empacó un baúl con libros y revistas y regresó a las Islas de la Bahía, Honduras. En poco tiempo logró compartir su fe con una docena de isleños.




LA LLEGADA DE LOS HUTCHINS

Esposos HutchinsPara cuando L. C. Chadwick, presidente de la Asociación Internacional de Literatura visitó las islas en 1891, habían unas 20 personas listas para ser bautizadas. En ese mismo año llegó el pastor Francisco J. Hutchins con su esposa Cora, y establecieron su centro de trabajo en la isla de Roatán, Honduras.

En los años que siguieron los Hutchins regaron cientos de hojas de literatura a lo largo de la costa, desde Belice hasta Colón. Muy pronto otros aceptaron el mensaje de la verdad presente en las islas de Utila y Guanaja. El crecimiento del mensaje adventista fue tan rápido que un edificio que se había comenzado a construir para una iglesia del sindicato, terminó como una iglesia Adventista del Séptimo Día, ya que casi la totalidad de la población aceptó la verdad presente mientras se construía.

Cuando el pastor Hutchins organizó la iglesia Adventista en Guanaja en 1892 la feligresía de la iglesia en ese entonces era de 25 miembros, aunque unas 60 personas asistían a la Escuela Sabática. Esta fue una de las primeras iglesia organizadas en todo el territorio que hoy compone la División Interamericana.

PRIMER CAMPESTRE CENTROAMERICANO

El primer campestre se llevó a cabo en el pueblo de Coxen Hole, en la isla de Roatán, entre el 5 y 15 de marzo del año 1908.

Algunos creyentes hicieron la solicitud para que alguien de la Asociación General visitara el campo. La respuesta a esta petición fue positiva. El pastor William A. Spicer, quien para ese entonces fungía como secretarios de la Asociación General, fue comisionado para atender dicha solicitud. Esto implicaría hacer un largo viaje. Los creyentes urgieron la solicitud aduciendo que durante los 18 años en las cuales su trabajo había estado creciendo, nunca habían recibido la visita de un representante de la Asociación General.

El campestre estuvo bien representado, 150 personas se hicieron presentes. Los creyentes llegaron en pequeñas embarcaciones desde Belice, la costa de Honduras y las islas de Utila, Roatán y Guanaja. Se tomaron importantes decisiones para el avance de la Obra. El pastor U. Bender, presidente de la Unión de Indias Occidentales, no pudo estar presente ya que tuvo problemas con su conexión de barcos.

LA PRIMERA ASOCIACIÓN CENTROAMERICANA

En ese mismo campestre de 1908 después de bastante discusión y con profundo interés en el campo misionero, se decidió organizar la Asociación Centroamericana. Cuando fue aceptada la moción de organizar la Asociación, la congregación se levantó y comenzó a cantar con renovado entusiasmo: “A Dios el Padre Celestial.”

El territorio abarcaba Honduras, las Islas de la Bahía, Belice, Guatemala y el Salvador. La población total era de aproximadamente 3 millones y medio de habitantes, de los cuales unos 50 mil eran de habla inglesa. El resto era de  habla hispana.

Esa fue la primera vez en que se habían reunidos los representantes de todo el campo centroamericano, y ese primer campestre y esa primera sesión de Asociación, marcaría otra etapa en el desarrollo y fortalecimiento de la obra en Centroamérica. Se votó que el próximo campestre se llevaría a cabo en la ciudad de Belice.

Los siguientes fueron elegidos como oficiales:

Presidente: E. L. Cardey

Secretaria y Tesorera: Sra. E. T. Nowlen

Comité Ejecutivo: E. L. Cardey, C. A. Nowlen (Belice), C. E. Morgan (La Ceiba), David Haylock (Guanaja), C. Jones (Roatán).

Secretario de Educación: J. G. Smalley

Secretaria de Escuela Sabática y Trabajo Juvenil: Srita. Ida Shirley.

Asistente e Escuela Sabática y Trabajo Juvenil: Srita. Alma Osgood.

El hermano J. R. Green, uno de los primeros creyentes de Roatán, donó una casa grande que tenía en el campo. Esta casa sería trasladada luego al pueblo y serviría de lugar de reunión y casa pastoral. Un lote de terreno donde colocar la casa fue ofrecido por otro creyente a un muy bajo costo. Se hizo una recolecta entre los asistentes durante una de las sesiones de la noche y el lote fue adquirido inmediatamente.

La nueva Asociación tenía un campo misionero bastante grande y difícil. La mayor parte del trabajo se había realizado en las Islas de la Bahía y en Belice. También se habían bautizado algunos creyentes en la Ceiba y se reportaban 3  creyentes adultos en Olanchito.

Los países de Guatemala y El Salvador todavía no tenían presencia Adventista, así que se votó abrir la obra en Guatemala lo antes posible y si las condiciones fueran favorables, las oficinas de la nueva Asociación debían establecerse en Guatemala, el país más poblado de todas las repúblicas centroamericanas.

Entre los misioneros estadunidenses que asistieron al campestre estaban los esposos C. A. Nowlen, quienes llegaron desde Belice. También estuvo presente el hermano C. E. Morgan y su esposa de California; el hermano Morgan colportaba en la costa de Honduras. El hermano J. G. Smalley, había venido desde Michigan hacía cinco años atrás y trabajaba como maestro en French Harbor, Roatán.

El hermano Frank y George Carey, de California, estaban en Guanaja, trabajando en la escuela, colportando y haciendo trabajos de agricultura. La hermana Shirley, de California, quien se encontraba enseñando en Utila, fue transferida a la isla de Guanaja, donde había muchos jóvenes ansiosos por ser educados. De la Ceiba, asistió el hermano Moncada, abogado y uno de los primeros hispanos de Honduras en aceptar la verdad.

La nueva Asociación centroamericana era la más pequeña de todas en el mundo ya tenía alrededor de trescientos miembros.

Una vez terminado el congreso el Pastor Cardey y el hermano Nowlen regresaron a Belice y un mes más tarde se fueron a Guatemala para buscar un lugar que fuera apto para poner las oficinas de la nueva Asociación. Durante ese mes de abril de 1908 mientras ellos estaban en Guatemala, la pequeña Majorie, hija del hermano Nowlen murió de malaria en Belice. A su regreso a casa, ellos reportaron que “un nuevo país abría las puertas al evangelio: La República de Guatemala”. Habían logrado hacer un contrato para alquilar dos casas que estaban ubicadas en la Villa Blanca, W. Hipódromo, Ciudad de Guatemala, Guatemala.

PRIMERA DIVISIÓN DE LA ASOCIACIÓN

En 1913 Guatemala y El Salvador se separaron de la Asociación Centroamericana y se formó lo que se conocería como la Misión de Guatemala, con J. B. Stuyvesant como presidente. En mayo de 1914 se llevó a cabo una reunión del comité de la Unión Asociación de Indias Occidentales. Allí se consideraron cuidadosamente las necesidades de los campos. Los dirigentes de la Unión, eran de la opinión que el territorio era demasiado grande para un solo hombre. Así que le pidieron a la Asociación General que se hiciera cargo de tomar la Asociación Centroamericana, la Misión de Guatemala, Cuba, Haití, y Puerto Rico. Después de la debida consideración, esta solicitud fue aprobada.

OCTAVO CAMPESTRE CENTRO AMERICANO

El octavo campestre centroamericano se llevó a cabo en la Ceiba, Honduras, del 21 al 30 de mayo del año 1915. Al menos 100 miembros estuvieron presentes. La mayoría eran de habla inglesa; pero había un pequeño grupo de creyentes de habla hispana. Todas las sesiones de negocios fueron conducidos en los dos idiomas.

Como el mensaje adventista se había difundido principalmente entre las personas de habla inglesa en las Islas de la Bahía y Belice; y como los obreros habían sido mayormente de habla inglesa también, y muy poco se había trabajado entre las personas de habla hispana, siendo ésta una población del 96%. La hermandad sentía que tenían que trazarse planes definitivos en esa reunión para alcanzar con el mensaje de la verdad presente a la población hispana. Con este objetivo la siguiente recomendación fue votada unánimemente y con gran entusiasmo:

Siendo que el idioma español es el más hablado en la mayor parte de nuestro campo; es necesario que el hombre encargado de dirigirlo, tenga la habilidad de hablar este idioma, en vista de esto recomendamos, que el presidente del campo organice su trabajo de tal manera que pueda dedicar por lo menos la mitad de su tiempo a estudiar el idioma español durante los próximos doce meses”.

Siendo que la falta de comunicación y transporte entre las regiones norte y sur de la República de Honduras hacen prácticamente imposible el trabajo en la región sur desde el norte. Recomendamos que toda la región de Honduras que se encuentra al sur de las cinco provincias del norte sean separadas de la Asociación Centroamericana, para formar una Misión por sí sola”.

Nosotros también recomendamos que la Asociación Centroamericana sea disuelta, y solicitamos a la Asociación General organizarla en dos Misiones sobre las mismas bases en que se encuentran México, Cuba y Puerto Rico”.

Se acordó por lo tanto, para el interés general de la obra, la división del campo de Honduras en dos campos. El campo del sur sería conocido como Misión Sur de Honduras, y la parte norte que incluía las Islas de la Bahía y Belice, sería conocida como Misión Norte de Honduras.8vo. Campestre, Ceiba 1915

El pastor Isaac Baker quien era el presidente de la Asociación antes de la división, fue reelegido para continuar como presidente de la Misión Norte de Honduras. El pastor Henry Brown fue nombrado presidente de la Misión Sur de Honduras.

También la Misión de Guatemala se dividió del Salvador y debido a problemas de salud, el pastor Stuyvesant quien fungía como presidente de la Misión de Guatemala, tuvo que retirarse del campo y el pastor B. W. Thuiber lo reemplazó. El pastor John Brown fue nombrado presidente de El Salvador.

Al momento de la división de la Asociación Centroamericana, la membrecía de la iglesia quedó conformada así en 1915: Honduras Norte 200 miembros; Honduras Sur 38; Guatemala 17; y El Salvador 40.

Una casa para la Asociación se había comenzado a construir a finales de 1914 en la Ceiba, y aunque no se habían terminado los trabajos de construcción cuando se votó la creación de la nueva Misión Sur, se comenzó a usar el edificio para las oficinas y la sociedad de revistas.

Los oficiales sugeridos para liderar la Misión Norte fueron:

Director: Isaac Baker

Comité de asesores: Isaac Baker, Dr. A. J. Hetherington, Christopher Jones, S. J. Bennett, H. Moncada.

Secretaria de Escuela Sabática y Misioneros Voluntarios: Sra. Alma O. Jones.

Al Comité de la Asociación General se le solicitó el envió de un secretario y un tesorero para la Misión Norte. En agosto de ese año llegó al campo el hermano Charles M. Paden, con su esposa y su bebé, para trabajar como Secretario-Tesorero de la Misión y de la Agencia de revistas.

También se había votado en el campestre solicitar a la Asociación General un colportor con la capacidad de instruir a otros en el trabajo del colportaje. “Nos han prometido enviar a dos colportores, los cuales esperamos lleguen en alguna fecha de enero de 1916” - decía el pastor Baker.

NACE LA UNIÓN ASOCIACIÓN

En 1918 y de acuerdo con la resolución votada en la reciente sesión de la Asociación General, los representantes de las Misiones Latinoamericanas de Norte y los de la Asociación del Caribe Occidental organizaron el campo en una Unión Asociación, que fue conocida como la Unión Asociación Latinoamericana del Norte. Después de aprobarse la constitución, los siguientes oficiales fueron elegidos:

Presidente: Pr. E. W. Pabmele

Secretario, Tesorero y Auditor: Pr. C. E. Knight

Secretaria de Jóvenes Voluntarios y Escuela Sabática: Prof. W. B. Miramontez

Agentes del campo misionero: J. A. P. Frejan y A. T. J. Cochran.

Los siguientes países integraron el territorio de esa Unión Asociación: México, Guatemala, Honduras, Belice, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá (incluida la Zona del Canal), Colombia, Venezuela, Cuba, Haití, Santo Domingo, Puerto Rico, Guadalupe y Martinica.

Al momento de su organización tenía nueve Misiones y una Asociación fuerte. Algunos de las Misiones se consideraban muy cerca de llenar los requisitos para organizarse en Asociaciones. De acuerdo al consejo del comité de la Asociación General, se decidió ubicar las oficinas de esta Unión Asociación en Nueva Orleans, ya que no había un lugar dentro el campo mismo desde donde todos los campos pudieran ser alcanzados con mayor rapidez. Los oficiales electos debían estar completamente listos para el ejercicio de sus funciones el 1 de julio.

ORGANIZACIÓN OFICIAL DE LA MISIÓN ADVENTISTA DE HONDURAS

A raíz de la sesión de la Asociación General de 1918 las Repúblicas de Honduras y Honduras Británica (Belice), se organizaron como la Misión Adventista de Honduras con una feligresía de 267 miembros.

En vista que desde 1915 la Misión Norte de Honduras tenía una oficina en Belice y la Misión Sur tenía otra en la Ceiba, ahora con la nueva organización del campo debían unificar la sede. El pastor E. W. Pabmele, presidente de la Unión, creía que esa sede debía de ubicarse en San Pedro Sula. Así que pasó dos semanas en San Pedro Sula tratando de encontrar una propiedad adecuada para llevar la sede de la Misión para esa ciudad. De esta manera, en San Pedro Sula se estableció la primera sede oficial para el desarrollo de la obra Adventista en Honduras.

A principios de febrero de 1918 el pastor W. E. Lanier y su esposa habían llegado de Estados Unidos para trabajar con la Misión Sur de Honduras que tenía hasta ese momento su sede en la Ceiba. Cuando la sesión de la Asociación General votó la organización oficial de la Misión Adventista de Honduras, el pastor Lanier fue nombrado presidente y estuvo en ese cargo hasta junio de 1923.

HONDURAS SE SEPARA DE BELICE

A finales de 1929 los líderes de la iglesia convocaron a una sesión en la isla de Guanaja, ya que allí estaba organizada la iglesia más grande de la Misión de Honduras. El pastor W. E. Baxter, presidente de la Unión Centroamericana, y W. D. Kieser, Secretario de Obras Misioneras de la Unión, estaban presentes y lideraron las instrucciones espirituales que fueron apreciadas por todos.

El Sábado por la tarde fue un momento memorable de la reunión, cuando los “antiguos padres” y pioneros del mensaje Adventista en las islas de la Bahía relataron sus experiencias en los primeros años.

Ellos contaron de cómo el pastor y la hermana Hutchins habían llegado a las islas y habían ganado el corazón de la gente con sus implacables esfuerzos a favor de ellos.  El “tio Dave” Haylock, quien había sido un gran bebedor, sirvió después por muchos años como anciano de la iglesia. Richard Wood y S. J. Bennett contaron acerca de sus muchas travesía en el barco misionero “El Heraldo” y todavía recordaban los detalles de cómo se manejaron ciertas velas durante algunas tormentas memorables que les tocó enfrentar.

Stephen Haylock, Jarret Wood, y Eva K. Bodden junto con otros, añadieron sus experiencias y la reunión finalizó con el  himno “Fe de Santos”. Todos los presentes fueron inspirados a permanecer más leales a este mensaje y a pelear la buena batalla hasta que retorne el Maestro.

Como el trabajo entre la población hispana había crecido considerablemente, y era muy difícil combinar el inglés con el español, el plan de separar la obra inglesa de la hispana se consideró que era conveniente y urgente. Por ello, se dispuso que para el 1 de enero de 1930 Belice y las Islas de la Bahía formarían la Misión de Honduras Británica y su sede se establecería en Belice. C. B. Sutton, quien había laborado por muchos años en ese país caribeño, fue elegido como presidente de ese campo.

La sede de la Misión de Honduras se quedaría en San Pedro Sula y el pastor E. J. Lorntz procedente de Iowa, quien había estado fungiendo como presidente de la Misión de Honduras desde enero de 1925 continuó en su cargo hasta que tuvo que regresar a Estados Unidos en febrero de 1931.

Con la partida del pastor Lorntz, El pastor A. V. Larson quien había estado trabajando en Panamá, fue llamado para servir como presidente de la Misión de Honduras, a partir de marzo de 1931.

Con el nacimiento de la Misión de Belice en 1930 la Unión Centroamericana estaba formada por siete países: Centroamérica, Panamá y Belice. La población era de 6,668,764 habitantes y habían 3,735 miembros de iglesia en toda la Unión.

Para finales de 1930 en la Misión de Honduras había 15 iglesias organizadas con 624 miembros.

BELICE SE SEPARA DE LAS ISLAS DE LA BAHÍA.

CuaGuanaja. Primera Iglesia Organizada en Hondurasndo Belice se separó de la Misión de Honduras en 1930 tenía solamente 56 miembros en todo el país. Pero con el trabajo tesonero que realizó el pastor C. B. Sutton ya para 1937 Belice reportó la organización de dos nuevas iglesias y la feligresía había crecido a 385 miembros. Esto sin tomar en cuenta los 302 feligreses que vivían en las Islas de la Bahía.

Los hermanos beliceños ahora podían sostener la obra en su país. Además, por alguna razón las oficinas de la Misión que se habían ubicado en San Pedro Sula, fueron trasladadas de nuevo a la Ceiba alrededor del año 1936 esto facilitaba al menos dos cosas: Primero la cercanía. Era más fácil atender la feligresía de las Islas de la Bahía desde la Ceiba que desde Belice. Segundo no había fronteras. El gobierno de Honduras había reclamando el territorio de las Islas de la Bahía al gobierno británico y el 28 de noviembre del año 1859 el gobierno británico había firmado un acuerdo en donde reconocía que las Islas de la Bahía eran parte del territorio hondureño.

De esta manera las Islas de la Bahía fueron anexadas de nuevo a la Misión de Honduras. El pastor Chester Westphal fungía como presidente de la Misión en esa época.

MUDANZA A TEGUCIGALPA

El lunes 27 de febrero del año 1949 poco antes del medio día, un fuego comenzó a consumir el edificio que estaba a la par de la Iglesia Adventista. Casi todos los hermanos se hicieron presentes para intentar detener el fuego y que no fuera a dañar el edificio de la iglesia. Sin embargo, el fuego estaba fuera de control. Para colmo de males, el viento soplaba en dirección a la capilla. Un segundo fuego se inició en la casa que estaba en el otro costado de la iglesia. Era imposible al hombre detener la bravura de la naturaleza. Fue entonces cuando los hermanos decidieron orar a Dios para pedir su ayuda. El Señor respondió inmediatamente las oraciones. El curso del viento cambió y se volvió opuesta a la dirección de la iglesia.

El edificio en donde inició el fuego fue reducido a cenizas. La casa que estaba al otro costado de la iglesia de quemó en su mayoría, pero el edificio de la iglesia Adventista se mantuvo en pie, como un testimonio de la misericordia y bondad de Dios. Más de 700 curiosos quedaron asombrados por la forma como Dios había contestado las oraciones de los adventistas. Las personas no dejaban de exclamar: “Dios está con los adventistas”.

Pocos años después de este incidente, entre 1953 y 1958 bajo la administración del pastor R. E. Rieger, presidente de la Misión de Honduras se tomó la decisión de trasladar de nuevo las oficinas de la Misión. Esta vez se pensó en la capital del país. Para cuando el pastor Kenneth Fleck fue llamado a presidir la Misión de Honduras en 1958 ya estaban ubicadas las oficinas de la Misión en Tegucigalpa.

Edificio de la Iglesia y Misión en Barrio Finlay

Las oficinas de la Misión se ubicaron en algún lugar cercano al centro de Tegucigalpa, para luego mudarse al barrio el Finlay. En 1979 el pastor Bert Elkins, trasladó las oficinas de la Misión a Valle de Ángeles y allí permanecieron hasta que en el año 2007 fueron traídas de nuevo a Tegucigalpa.




NACIMIENTO DE LA MISIÓN ISLAS DE LA BAHÍA

En 1988 ciento dos años después que Elizabeth Gauterau trajera el mensaje adventista a Honduras, se reorganizó nuevamente la Misión de Honduras, dando pasó al nacimiento de una nueva misión: “La Misión de las Islas de la Bahía”.

Para aquel entonces, más del 40% de los ingresos de la Misión de Honduras, provenían del sector de la Islas de la Bahía. Los administradores y pastores del territorio continental estaban asustados, pensando que una reorganización tal, podría dejarlos en la bancarrota. Cuando se fijó el presupuesto para el territorio continental se necesitaban 47 mil dólares mensuales para operar. Ese primer mes, recolectaron exactamente los 47 mil dólares; sobrevivieron.

Con la restructuración del campo, nuevamente 2 misiones comenzaron a trabajar en Honduras. La antigua Misión Adventista de Honduras, pasó a ser la Misión Adventista de Honduras Continental.

NACIMIENTO DE LA MISIÓN NOROCCIDENTAL

Once años más tarde, la Misión de Honduras Continental sufriría una nueva reorganización. Los planes estaban trazados, la ruta había sido marcada, para enero de 1998 nació una nueva Misión experimental, que dos años más tarde se oficializaría como la Misión de Honduras Noroccidental, con sede en San Pedro Sula.

Al momento de la división oficial la Misión Continental tenía hasta el 30 de junio de 1,999 una membrecía de 74,321 personas, 435 Escuelas Sabáticas organizadas, 226 Escuelas Sabáticas filiales, 12 escuelas primarias, 5 colegios secundarios y 118 obreros entre pastores, maestros, administradores, etc.

NACIMIENTO DE LA REGIÓN ATLÁNTICA

El año 2003 fue un año de cambios muy significativos para la obra en Centroamérica. La antigua Unión Centroamericana se dividió en tres Uniones, una sede se estableció en Guatemala, la otra en Honduras y la original quedó en Costa Rica. El crecimiento de la iglesia adventista en Honduras ha sido extraordinario, solo la mano de Dios puede permitir una obra de tal magnitud. Las finanzas saludables de la Misión Noroccidental y su crecimiento desbordante en la plantación de nuevas iglesias dieron un embarazo prematuro.

Tres años después de haberse oficializado como La Misión Noroccidental ya se rumoraban de nuevo los vientos de cambio. La nueva Misión experimental con sede en la Ceiba, iniciaría operaciones el primero de enero del año 2004. Dos años más tarde esta Misión experimental tomó el estatus de Región.

CAMBIO DE ESTATUS DE LAS HIJAS Y NIETA

Entre el 6 y 7 de agosto del año 2007 se llevó a cabo el congreso que dio paso al primer cambio de estatus de una Misión a Asociación en Honduras. La Misión Adventista de Honduras Noroccidental, pasó a ser “La Asociación Noroccidental de Honduras de los Adventistas del Séptimo Día”.

El siguiente año 2008 la junta de la División Interamericana voto cambiar el estatus de dos campos más, la Misión de las islas de la Bahía y la Región Atlántica, quienes a partir del año 2009 pasaron a ser Asociaciones. Cabe mencionar que la Región Atlántica nunca recibió el estatus de Misión. El crecimiento en la feligresía y el buen manejo de las finanzas, fueron puntos fuertes para que saltaran de Región a Asociación.

NACIMIENTO DE LA REGIÓN SURORIENTAL

En el año 2008 se tomó otra decisión importante para el desarrollo de la obra en Honduras. La Misión de Honduras Central, siendo madre de dos hijas y una nieta, estaba de nuevo embarazada, la abuela iba a ser madre otra vez. La nueva Región iniciaría operaciones a partir del 2 de enero del año 2009.

CAMBIO DE ESTATUS DE LA MISIÓN MADRE

Después de una prolongada espera, producto del crecimiento en la apertura de nuevos campos, la madre y abuela de todas las Misiones modernas en Honduras estaba finalmente lista para ser Asociación. De acuerdo a la póliza de la organización, si hay intención de hacer un cambio organizacional o un reajuste de territorio, se aplicará el siguiente criterio para evaluar si cumple o no con los requisitos:

  1. Alcanzar un capital de trabajo y liquidez del 100%.
  2. Demostrar la existencia de un proceso sistemático de organización de congregaciones en iglesias.
  3. Mantener un programa educacional equilibrado de acuerdo con los parámetros del plan curricular y financiero.
  4. Poseer una adecuada composición en la fuerza ministerial.
  5. Establecer una proporción adecuada entre el personal del campo y el de oficina.
  6. Dar evidencias de madurez denominacional.
  7. Evidencias de apoyo a la estructura organizacional de la iglesia.
  8. Clara demostración de acatamiento y cumplimiento de los reglamentos administrativos.
  9. Poseer un programa departamental equilibrado.

Todos estos requisitos fueron cumplidos a cabalidad.

PRESIDENTES DE LA MISIÓN DE HONDURAS

Desde que se organizó la Misión de Honduras en 1918 la Misión ha tenido 25 presidentes. 18 de ellos fueron extranjeros que dejando su tierra y su parentela se aventuraron por amor al Maestro a evangelizar Honduras. 7 presidentes nacionales, que de acuerdo al deseo de los pioneros: “obreros locales debían ser preparados para hacerse cargo del avance de la obra, una vez que ellos salieran del país”. Es interesante notar que en esta lista se encuentran algunos presidentes que llegaron a servir a la iglesia mundial en la Asociación General; entre ellos destacan los pastores Lanier, Beddoe, Lorntz, Larson, Cleaves, Westphal, Nygaard, Jensen, Rieger, Fleck, Folkenberg quien fue presidente de la AG, Zacrikson entre otros.

EL NACIMIENTO DE LA UNIÓN DE HONDURAS

El año 2003 fue un año de cambios muy significativos para la obra en Centroamérica. La antigua Unión Centroamericana se dividió en tres Uniones, una sede se estableció en Guatemala, la otra en Honduras y la original quedó en Costa Rica. La nueva Unión con sede en Honduras llegó a ser conocida como la Unión Centroamericana Central (UCC) y abarcaba los países de Honduras y El Salvador.
En el mes de octubre del 2010, en la junta de fin de año de la División Interamericana se tomó el voto de dividir la Unión Centroamericana Central. Los países de Honduras y El Salvador tendrían sus propias uniones. El congreso de reorganización se llevo a cabo el San Salvador, El Salvador el día 30 de enero del 2011. El Pr. Abel Pacheco fue nombrado presidente de la nueva Unión Salvadoreña, el pastor Víctor Burgos fue nombrado secretario y el hermano Carlos Martínez como su tesorero.

En la Unión de Honduras se nombró al pastor Adán Ramos como su presidente, al pastor Roberto Brown como secretario y al hermano Juan José Morán como su tesorero.

El edificio que había sido construido para que funcionara la antigua Unión Centroamericana Central y dedicado en el año 2009, fue dejado para ser usado por la nueva Unión de Honduras y se entregó a la nueva Unión de El Salvador un aporte económico para ayudar a la compra de una nueva propiedad en San Salvador para el edificio de sus oficinas.

Entre el 25 y 30 de octubre del año 2012 ocurrió otro acontecimiento histórico, por primera vez la junta de la División Interamericana (DIA) seleccionó Tegucigalpa para realizar su junta de fin de año. Las 22 uniones en representación de 32 países que forman el territorio de la DIA se hicieron presentes. El sábado 27 por la mañana cada unión se desplazo a una iglesia diferente en donde compartieron con los hermanos los servicios religiosos.

Por la tarde de ese mismo sábado, las juntas de las iglesias de la capital, fueron invitadas a participar de la junta de la DIA que tuvo lugar en la iglesia de Comayagüela. Allí se tomo un voto muy importante: Declarar el año 2013 como el año del “Laico Adventista”:

“Considerando que debemos involucrar al mayor número posible de miembros de iglesia en el programa ‘para que el mundo sepa’ como una consecuencia del Reavivamiento iniciado en la División en Febrero del 2010, yConsiderando que el total de miembros de la iglesia están identificados como niños, jóvenes, adultos, hombres y mujeres, fue RECOMENDADO: designar el año 2013 como el AÑO DEL LAICO EN INTERAMERICA, bajo los siguientes aspectos:
1. Registrar, seguir y promover la “Hoja de Ruta” ́preparada por la División la cual incluye diversas actividades del año 2013.
2. Que cada Institución, departamento y servicio de la Iglesia prepare iniciativas de capacitación y equipamiento para la testificación siguiendo la “hoja de Ruta” con el fin de unirnos en un fuerte énfasis en la evangelización.
3. Que aprovechemos el año del laico para RECONOCER a través de incentivos diversos el trabajo voluntario de los miembros de la iglesia. Cada Nivel de la Iglesia puede identificar esos incentivos y usarlos como una motivación a la participación de los laicos.

La Historia continua escribiéndose… y esperamos muy pronto que el Señor Creador de los cielos y la tierra regrese pronto a esta tierra y nos conduzca a casa.


Serie Sobre la Historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día